martes, 12 de julio de 2016

D. Miles: El Abismo de Helm

Saludos!!

Hoy os traigo un nuevo trabajo de D.Miles, aunque lleva tiempo en mi bandeja de entrada pero no he tenido tiempo para sentarme y darle amor y cariño al blog. 

Como alguno de vosotros recordará, el año pasado cerré una etapa dentro del blog presentando una retrospectiva de las maquetas y dioramas de ESDLA que había ido realizando a lo largo de los años, y lanzaba la pregunta de cuál sería la maqueta que cambiaríais. La pregunta tenía algo de trampa pues, como dije, ya rondaba en mi cabeza una en concreto que, vista la pasada entrada, no podía ser otra que Cuernavilla, el Abismo de Helm.
Podéis ver los trabajos de D. Miles aquí.

Así que a principios de año me puse con ello, y con ello estuve durante un par de meses. A modo de referencia os diré que creo que para la primera versión me bastaron un par de días, muestra de que el tiempo pasa, la disponibilidad se reduce y la exigencia se incrementa. Tras esto me dediqué a repintar las miniaturas que pensaba incluir y que enseñaba en la anterior entrega y, por fin, este es el resultado final de todo ese trabajo.









En la web hay miles y miles de versiones de este mismo cachito de la Tierra Media, de todos los tamaños y con gran acierto en la mayoría de los casos, por lo que incluso es sencillo encontrar planos exactos a los empleados en la película y los videojuegos. 
Yo preferí una versión más personal antes que una reproducción fiel, en la que pudiese incorporar la carga de los jinetes a las mismas puertas de la parte alta de la fortaleza, construyendo una escena más compacta y espectacular visualmente.


 
 
A nivel técnico no hay mucho que decir. Los materiales son los de siempre (cartón pluma, corcho blanco, aguaplast y madera de balsa) y las técnicas en general también. 





Solamente destacaría el detalle del empedrado del suelo, dibujado por placas sobre cartón pluma decapado y, creo que esto es realmente lo más llamativo, el modelado en arcilla desde cero de las estatuas que flanquean la escalera.
 

 
En cuanto al pintado y al acabado final, creo que el efecto de las llamas de las antorchas es bastante resultón y la gama cromática acertada para evocar el aguacero que cae durante la batalla.
 
Decir también que el punto de partida es prácticamente el mismo de lo que ya hice hace unos cuantos años. No quería bajo ningún concepto aumentar las medidas de la maqueta, sino simplemente actualizarla y dotarla de más detalle incorporando lo aprendido con la experiencia.
 
Pienso que ha merecido la pena... ¿vosotros también?