Tras una semana vuelvo para rematar lo empezado. Y en este caso lo empezado es la Atalaya de Kazhad-Dum, o la Torre de Durin como apuntó Pablo en los comentarios.
(Nota de Dark_Jober: Gracias por el aporte Pablo!)
Así era antes del proceso de pintura. |
La manera de hacerlo (o intentarlo) fue administrar capa tras capa de pinceles secos de rojo, amarillo y naranja, con otras tantas consecutivas de lavados de marrón y negro. Os aseguro que fueron unos cuantos intentos hasta que di con un equilibrio en la pintura (a veces demasiado rojo, a veces demasiado poco, y luego con el amarillo, y luego con el blanco, y luego con el negro, y luego,… en fin, ya me entendéis).
Tras el pintado, y como va siendo costumbre, terminé por darle una capa de barniz brillante, para que la piedra tuviera el aspecto de estar resbaladiza y helada.
Por último, varias capas de nieve. Los que hayáis utilizado este material sabréis que cuando se espolvorea queda genial, pero una vez seca la cola y se quita el sobrante, la cantidad que queda pegada es mínima, por lo que es necesario repetir (en mi caso un par de veces más).
En cuanto a las minis decir que tienen un par de años de pintado y, sí, en esta entrada todo es a base de repetir, las repinté en su día. Aún así no estoy convencido del todo del aspecto final, sobretodo con el Balrog. Y es que conseguir el aspecto del fuego interno en la zona del cuello no está todavía a mi alcance… Algún día. Espero.
Y proyecto acabado. Lo siguiente no tardará tampoco mucho, de hecho ya lo tengo acabado…
Hasta entonces saludos, y feliz semana!!"
Como siempre el trabajo de D.Miles me parece impresionante! Es maravilloso como es capaz de plasmar sus ideas en sus trabajos!
¡De nada! :)
ResponderEliminarGenial el resultado final, increíble de verdad. ¡Me apunto lo del barniz brillante para zonas heladas!
El reflejo, en vistas del tamaño de la miniatura, creo que seria mejor haberlo hecho hasta arriba de las columnas y no sólo en la parte de abajo, ¿no? creo que sería más lógico, pero oye; felicidades por el trabajo!
¡Estupendo trabajo! Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias a ambos!
ResponderEliminarNo te quito la razón en cuanto a la altura de los reflejos, Pablo. De hecho, lo más brillante del Balrog es la cresta, junto con la espada flamígera (que bonita palabra), y ambos elementos se sitúan, al menos, a media altura. El caso es que, como digo en la entrada, el proceso de pintado supuso una ingente cantidad de capeados (algunos más altos y visibles y otros más discretos) y finalmente este aspecto es el que más me gustó. Además, como las minis se pueden mover, podría incluir una hoguera en el centro y convertirla en la Cima de Los Vientos (nevada, eso sí), por ejemplo.
Lo tengo en cuenta en cualquier caso para próximos proyectos.
Un saludo a todos!