lunes, 26 de agosto de 2013

D. Miles: Cortejo fúnebre (I)

Saludos
Hoy os traigo algo distinto a lo que nos tiene ya mal acostumbrados D.Miles, en lugar de bellos palacios como el que terminamos de desvelar aquí, retomamos la senda de las miniaturas de base histórica.

"Hola!

Tras muchas entregas acerca del mismo tema, dejamos las maquetas y volvemos a la pintura.

Lo que hoy os traigo es un pequeño diorama con miniaturas de Perry Miniatures, la misma casa a la que también pertenecían los clérigos de hace algunas entregas (primera y sengunda entrega). El conjunto, de la línea "War of the Roses", se compone de dos miniaturas a pie (una en el blister de venta), un carro tirado por caballo y el contenido del carro. 




Los que seguís estas entradas ya sabéis que uno de los criterios que busco para elegir las minis a pintar es que puedan acoplarse a la maqueta de la Venecia Renacentista y que aporten variedad a los típicos soldados y héroes.
 



 
 
No es que los desprecie, ni mucho menos, pero creo que el introducir trabajadores, músicos, curas y demás personajes sin pose de lucha aporta una vida y un elemento de "realidad" que enriquece el conjunto.

Centrándonos en las minis que nos ocupan, pertenecen a ese grupo de ciudadanos, trabajadores en medio de su jornada. Eso sí, su trabajo es un tanto especial debido a la carga que transportan... 





En cualquier caso no he querido pegar los cadáveres al carro para poder tener más alternativas a la hora de situar las minis en la maqueta. Simplemente cambiando los cuerpos por paja o alimentos tenemos un conjunto muy diferente para acoplar en otro contexto. Además esos cadáveres tienen mucha vida, los veréis aparecer en entregas venideras y estoy dándole vueltas a cuál va a ser su papel definitivo...
 


En cuanto a la pintura o las técnicas no hay mucho que destacar. Los ropajes no son excesivamente llamativos, predominan los tonos pardos y la capa de polvo del camino (pincel seco, además sirve para unificar el colorido) y no tienen muchos detalles, salvo el emblema de la cruz de uno de los portadores. 
Con los cadáveres sí me explayé más, con la intención de darles un aspecto sucio a las mortajas y un tono poco salubre a las pieles. Quizá si tuviera que volver a pintarlos, sustituiría las salpicaduras de sangre por señales de peste negra u otra enfermedad, o los dejaría más "adecentados", pero ese día estaba así de macabro.

Y esto es todo de momento, nos vemos pronto.

Saludos!!"

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